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martes, 5 de mayo de 2009

El poder de un abrazo.


Esta fotografía se publicó en el Worcester Telegram & Gazette el 18 de noviembre de 1995. Kyrie es la niña que abraza a su hermanita Brielle y esta es su historia.
Las dos gemelas Jackson nacieron el 17 de octubre de 1995 en el Centro Médico de Massachusetts Central, doce semanas antes de la fecha prevista de parto. Las cuidaron en dos incubadoras separadas. Kyrie, que pesó al nacer un kilo y medio, iba evolucionando favorablemente, durmiendo, ganando un poquito de peso y manteniendo todas sus constantes en buenas condiciones. No así su hermanita Brielle. Al nacer pesaba solo un kilo, y pronto se le observaron problemas cardiacos y respiratorios.
Su nivel de oxígeno en sangre era pobre y su peso seguía alarmantemente escaso a las cuatro semanas de vida. El 12 de noviembre su condición se tornó crítica, con dificultad respiratoria severa, color azulado, hipo, y un ritmo cardiaco muy acelerado. La enfermera que la cuidaba intentó por todos los medios ayudar a la pequeña, pero sin conseguirlo. Como medida desesperada, y en contra de los protocolos en el hospital, pidio permiso a los padres para poner a la niña con su hermanita. Inmediatamente pasaron a Brielle a la incubadora de Kyrie, de la que se había separado al nacer.
Tan pronto la niña estuvo dentro se empezó a calmar. En unos minutos, acurrucada al lado de su hermana, sus niveles de oxígeno en sangre mejoraron ostensiblemente. Kyrie pasó entonces su bracito por encima de su hermana hasta que se durmió. Pronto las niñas estuvieron bien y fueron a casa, donde compartieron su primera cuna.
Ha llovido bastante desde entonces. Libros y más libros se publican con estudios sobre como los sentimientos, las palabras, las emociones, la intencion, y en definitiva, El Amor, tienen un efecto que no es solo subjetivo sino físico y medible. A muchos no nos hacen falta estas pruebas, porque nos guiamos por lo que nos dicen el corazón y la intuición. Personalmente, soy de las que no necesito saber como funciona un aparato con tal de que yo lo enchufe y me beneficie de su uso. Pero para esos de “Santo Tomás ver y creer”, para los que tienen que entender por qué “apretando un botón sale luz verde por ese tubo de la derecha”, pues ahí van algunos títulos que ayudan a entender el proceso, o por lo menos, a demostrar irrefutablemente que ocurre.
“Mensajes del agua” , “El poder curativo del agua” del Doctor Masaru Emoto. En mi opinión, éste es uno de los mejores libros sobre este tema, no solo por la belleza de sus fotografías sino por la simplicidad de su planteamiento. El Dr. Emoto hace fotografías de gotas de agua antes y después de haberlas expuesto a diferentes vibraciones, en forma de sentimientos o sonidos. En las fotografías previas normalmente el agua se muestra amorfa o con patrones irregulares, mientras que en las fotografías posteriores el agua forma cristales hermosísimos. Teniendo en cuenta que más del 70% de nuestro cuerpo (y de la tierra también) es agua, el trabajo del Dr. Emoto es realmente relevante.
“El campo” , “Experimento de la intención” de Lynne Mc Taggart son libros que relacionan las emociones con sus efectos físicos.
“Biología de las creencias” de Bruce Lipton. Este biólogo celular explica en un lenguaje claro y acceisible, sus trabajos en biología a nivel celular, trabajos que le han llevado a ver una clara interacción entre la mente y el cuerpo.
“Manos que curan” y “Hágase la luz” de Barbara Brennan. La Doctora Brennan detalla sus trabajos u conocimiento sobre el campo energético humano, su anatomía, sus funciones y su relevancia en nuestra vida y nuestra salud.
Y para todos nosotros, tanto los que creemos como los que no, ahi va un recordatorio importante. Los abrazos son buenos. Para el que los da y para el que los recibe. Nos hacen sentirnos queridos, cuidados, acompañados. Nos relajan, nos traen paz, nos reconcilian con el mundo y con nuestros propios demonios. Nos aligeran la carga y nos disipan muchas nubes negras. Y además, son gratis. Abracemos. Abracemos mucho. Con amor. Con respeto. Sin agendas. Sin condiciones. Con los brazos, y con el corazón.
Helena Aramendia. Autorizada la reproducción total o parcial, siempre que se mencione la autoría o procedencia del texto.

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